¿Realmente creen que me importa? La vida me fue arrebatada antes; mucho antes de este amanecer.
-¿Últimas palabras antes de hacerte caer? Pregunta el verdugo
-Nunca olvidaré el contraste, del frío de tus manos y pies que siempre ponías en mi espalda, con el calor de tu corazón, el blanco de tu piel, y el negro azabache de tu pelo y aquí, ahora en mi aliento final, solo puedo suspirar por esos ojos marrones, en unos instantes nos veremos, mi vida. – Resonó mi voz hacia el gentío.
No existía en mi remordimiento, ni deseos de expiar mi pecado o eludir mi castigo. El silencio lo invadió todo, la cuerda rodeaba mi cuello como antaño lo habían hecho sus manos, los latigazos en mi espalda habían cubierto toda evidencia de sus uñas en mi.
Nunca había destacado, trabajaba como jardinera en la corte del rey y así hubiera seguido, de no haberla conocido a ella, una comerciante del este. Solo pensar en ella me inspiraba, me evadía y mi nombre comenzó a resonar por palacio; pasé de ser una simple jardinera más, a encargarme de los jardines y de la decoración para recibir a los dignatarios.
El tiempo avanzaba, y no me contenté solo con inspirarme viéndola, quería tenerla cerca, cada día pasaba por la taberna solo para contemplarla, hasta que un día decidí llevarla una de las rosas que había cultivado en el jardín real.
Ni siquiera entiendo como pasó ¿tan rápido calló la arena del reloj? Un año manteniendo una perfecta relación secreta con la persona más maravillosa del mundo.
Lleana estaba de viaje con el resto de comerciantes, se esperaba su llegada en tres días, cuando el rey me anunció que me daba carta blanca para decorar el jardín según mis deseos, pero este debía quedar excepcionalmente hermoso puesto que esperaba a un invitado muy especial.Paseaba con el, comentándole que cambios haría para este nuevo invitado cuando escuché la noticia que me conduciría a la perdición:
-Señor, los comerciantes que venían de regreso han sufrido una emboscada; me temo que los víveres se han perdido, el único superviviente es un niño, le espera en la sala de invitados para contarle lo sucedido.
El mundo se quedó obsoleto para mi, Lleana había muerto, la vida me parecía una existencia vacía. El jardín que me rodeaba, mi obra, lo que yo había creado, fue por ella y ahora ella no estaba.
¿Era esto un castigo de Dios por desafiar sus normas?
La iglesia advertía del castigo de amar a otra persona del mismo sexo, pero desde que nos besamos por primera vez, y cada vez que la veía dormir, sentía que podría arder en el infierno si era por ella; y eso hice; quemé el jardín real, todo lo verde se tornó negro, negro como su pelo.
La guardia me apresó, no opuse resistencia; por eso me hallo aquí.
-¡Mi rey; ordenasteis un jardín excepcionalmente hermoso! Quizás las cenizas os hagan ver, la belleza del dolor.
He dejado de sentir la tablilla bajo mis pies, y aun no puedo sentir temor, porque todo lo que siento, está con ella.
*Lleana: Nombre de origen eslavo que significa " de gran belleza "
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